Si bien existen drogas capaces de matar al parásito que la causa -el Trypanosoma cruzi– y se llevan a cabo varios programas para el control del vector de la enfermedad – un insecto conocido como “vinchuca”- sigue siendo un grave problema de salud pública.
Esto se debe en parte a que el tratamiento solo es efectivo durante la primera fase de la enfermedad, la cual muchas veces es asintomática pasando inadvertida y a que aún no existe una vacuna efectiva.
A pesar de los avances científicos que día a día permiten aprender más sobre el parásito y la enfermedad de Chagas, aún queda mucho por conocer. Por ejemplo, no está del todo claro cuáles son los factores que determinan que un 30% de los infectados presenten síntomas cardíacos graves que pueden llevar a la muerte luego de varios años mientras que otros no desarrollan síntomas en toda su vida.
Algo que sí está claro, es que la evolución de la enfermedad depende tanto de factores propios del parásito como de la respuesta del hospedador.
En el laboratorio de Biología y Bioquímica de Trypanosoma cruzi estudian una proteína de T. cruzi llamada TcHMGB, por su nombre en inglés “High Mobility Group B”.
Los mamíferos, incluido el hombre, también tienen sus propias proteínas HMGB, y una de ellas, HMGB1 está implicada en la patología de numerosas enfermedades inflamatorias, autoinmunes y cáncer y es considerada una “alarmina” o “DAMP” -patrón molecular asociado a daño o peligro- encargada de disparar la alarma frente a una infección o daño celular que requiera la inmediata acción de la respuesta inmune innata.
“Esto fue lo que nos llevó a estudiar si la HMGB de T. cruzi era capaz de regular la respuesta inmune”, comenta la investigadora Pamela Cribb, autora del reciente trabajo publicado en la revista PLOS Neglected Tropical Diseases; realizado por investigadores del IBR en colaboración con el grupo del doctor Hernández Pando de la Ciudad de México.
TcHMGB es una proteína que normalmente cumple sus funciones dentro del núcleo y es importante para el control de funciones vitales para el parásito. Pero además, observaron que es capaz de ejercer un efecto sobre las células del sistema inmune en mamíferos, por lo que podría ser clave en este “ida y vuelta” en la interacción entre el parásito y su hospedador y podría inferir en el curso de la infección.
Mediante ensayos in vitro e in vivo, los investigadores demostraron por primera vez que TcHMGB puede ser liberada fuera del parásito donde podría ejercer su función como mediador inflamatorio sobre las células del hospedador mamífero.
Los resultados sugieren que la proteína HMGB de T. cruzi podría cumplir roles fundamentales tanto en el control de la replicación del parásito como sobre la regulación de la respuesta inmune y la patogénesis de la enfermedad de Chagas, posiblemente solapándose parcialmente con las funciones de las moléculas del hospedador.
Por Jimena Zoni - IBR CONICET
Sobre investigación
Pamela Cribb. IBR
Virginia Perdomo. IBR
Victoria L. Alonso. IBR
Romina Manarin. IBR
Jorge Barrios-Payán. MÉXICO
Brenda Marquina-Castillo. MÉXICO
Luis Tavernelli. IBR
Rogelio Hernández-Pando. MÉXICO