“Agricultura sustentable en ecosistemas de la región chaco pampeana” es el nombre del Proyecto Institucional del IICAR que fue seleccionado para recibir financiamiento por parte del CONICET.
“El objetivo general del proyecto es contribuir a la producción sustentable de alimentos y otros productos agrícolas de ecosistema chaco pampeano, mediante la generación de conocimiento científico-tecnológico y su transferencia a la comunidad” señaló la Ingeniera Graciela Nestares, Magister en Mejoramiento Genético Vegetal e investigadora en el IICAR.
Tres ejes desde donde explorar
El proyecto se divide en tres grandes ejes, con respecto al primero “Biodiversidad y manejo de recursos naturales”, la doctora Rosanna Pioli, investigadora del Consejo de Investigaciones de la UNR, señala: “Está planteado hacer un diagnóstico y relevamiento de los recursos naturales en su situación actual, y de la diversidad de las comunidades vegetales, microbianas y sus interacciones, abordando además otras relaciones específicas entre especies vegetales con insectos y otros animales, en todos sus roles, es decir, interacciones benéficas, simbióticas y/o parasitarias”.
El equipo interdisciplinario también contempla investigar de qué manera los sistemas de cultivo y todas las actividades antrópicas afectan o modifican estos recursos naturales y su diversidad. “Esto supone no sólo evaluar el impacto sino también tecnologías o metodologías innovadoras que permitan detectar los componentes bajo amenaza y los factores de riesgo del sistema productivo, con el propósito de lograr un equilibrio y un balance más interactivo. Ello permitirá proponer estrategias de manejo y preservación, y sustentabilidad, como indica el título del proyecto, de los ecosistemas, orientadas a producir alimentos saludables con coherencia y respeto por el medio ambiente” explica Pioli.
Con respecto al primer eje, Darién Prado, investigador independiente del CONICET, indica “A nivel macro, tanto plantas como animales, están todos en peligro en esta gran región, porque es la más influenciada por la actividad antrópica de la Argentina. Donde estamos parados ahora, antes había ecosistemas prístinos que han dejado de serlo hace siglos, porque son las zonas más fértiles, más ricas; entonces el problema no son especies en peligro, son ecosistemas completos, lo poquito que queda de ellos. Pastizales pampeanos ya casi no quedan en la Argentina, no sólo en Santa Fe. Apuntamos a eso, a tratar de preservar, y estudiarlos, inventariarlos, porque la importancia de hacer inventarios radica en que si no sabes qué hay, después no vas a saber qué es lo que dejó de existir”.
El segundo eje del proyecto se va a enfocar principalmente en hacer aportes a los “Sistemas de producción y desarrollo de agrobiotecnología” y al respecto Nestares indica “Reúne varias actividades, como desarrollar sistemas de manejo de cultivos, tanto extensivos como intensivos para optimizar los recursos disponibles, implementar programas de mejoramiento genético, donde además de los cultivos extensivos estén contemplados los cultivos hortícolas y forrajeros, desarrollar estrategias de protección vegetal, crear tecnologías de producción para el aumento de la calidad del grano, para la eficiencia de molienda seca, para la obtención de harinas de alto valor proteico y caracterizar materiales vegetales para la obtención de biocombustibles“.
El proyecto pretende además contribuir a la sociedad, volcar los conocimientos para bienestar de las personas, aspecto que está vinculado al último eje: “Transferencia de conocimientos al medio productivo y social”, del cual Vanina Cravero, investigadora adjunta del CONICET, explica “Buscamos no solo inventariar qué especies tenemos sino también, analizar ¿para qué las podemos usar? Es decir, queremos saber ¿cuál es el uso potencial de estos recursos genéticos en un futuro más o menos cercano?”
Iniciativa que reúne
El proyecto involucró a la totalidad del personal del Instituto, y a partir del mismo pudieron aunarse esfuerzos y trabajar sinérgicamente. “Tanto en el IICAR como en la Facultad, existen varios grupos que, hasta ahora, venían trabajando en forma separada, aunque con objetivos comunes. Como ejemplo podemos citar el caso de los biocombustibles, temática sobre la cual trabajaban diferentes grupos, cada uno dedicado al estudio de distintas especies pero con objetivos similares. La creación del Instituto permitió nuclear a estos grupos, sumar las fortalezas individuales y presentarnos tanto en este proyecto institucional, como a otras convocatorias” sostiene Cravero.
La idea del grupo es trascender el ámbito del instituto -laboratorios, invernaderos y parcelas a campo- y que todos los conocimientos que se están generando puedan transferirse a la comunidad, poder vincularse con el medio social y con el medio productivo. “Que haya una especie de ida y vuelta, de feedback en el cual uno pueda ver cuáles son las necesidades del medio y también direccionar los objetivos en función de las demandas que podamos detectar, para poder volcar los resultados de los trabajos de esas investigaciones a la resolución de problemas concretos de la región. Ésa es un poco la idea de este tercer eje” añade Cravero.
Un Instituto, un proyecto común y muchas voluntades
“Este proyecto incentiva la oportunidad de interactuar, fortalecer y afianzar las relaciones con otros grupos, tanto dentro del IICAR como de otras instituciones, para incorporar nuevas tecnologías y analizar de qué manera se pueden superar los riesgos” señala Pioli. “Tanto nosotros como el director del Instituto, el doctor Juan Pablo Ortiz, estamos sorprendidos del potencial que observamos, porque es un instituto creado hace muy poco tiempo, y es realmente fantástico ver tantas voluntades, tantas ganas de trabajar” indica Prado y agrega: “El título del proyecto “Agricultura sustentable en ecosistemas de la región chaco pampeana” sustancia la esencia de una idea hacia la cual queremos ir”.
Por Ana Paradiso
CONICET Rosario