La tesista cuenta cuáles son las dificultades para traducir esta obra y cuál es la mirada de las distintas culturas sobre el personaje más conocido de la literatura gauchesca.
¿A cuántas lenguas se tradujo el Martín Fierro?
Fue traducido a 33 lenguas. La que tiene más traducciones es el portugués con seis, todas hechas en Brasil. Luego sigue el italiano y el inglés con cuatro traducciones completas cada uno. También hay una en francés. Yo trabajo con estas cuatro lenguas y considero como traducción completa si al menos tiene el primer libro: “El Gaucho Martín Fierro”.
¿Cuál fue la primera traducción?
La primera fue en 1919 la hizo Folco Testena, un italiano residente en Argentina. La publicación se hace aquí, era para un público que habla italiano, pero no vivía en Italia.
¿Cuál fue la intención de esa primera traducción?
Esto no lo puedo demostrar todavía, pero una de la hipótesis que barajo es que tiene que ver justamente con la llegada de los inmigrantes y la necesidad de compartir algo entre los argentinos y los italianos. Por un lado, en ese momento se dan las migraciones internas del campo a la ciudad donde se empiezan a recuperar los héroes gauchos que para 1919 ya no existían. Por otro lado, la adopción de las costumbre criollas, el criollismo de acuerdo a un concepto que utiliza Adolfo Prieto, sirve como una especie de pasaporte entrada a la cultura argentina para los extranjeros recién llegados.
¿Por qué estudias las traducciones del Martín Fierro?
La idea es tratar de entender cómo la traducción funciona como un modo de intercambio que va constituyendo los cánones literarios de cada país. Nosotros siempre hablamos de la literatura argentina, pero ¿qué es la literatura argentina? Son las obras que se pudieron consagrar y que tomamos como representativas de nuestras letras. Sin embargo, esa forma que tenemos de estudiar es una abstracción. Las obras viajan a través de las traducciones y sus recursos son absorbidos y exportados por personas que hablan otros idiomas. La traducción es un medio de intercambio que sirve para renovar recursos: quizás leyendo una novela japonesa encuentro recursos que me llevan a escribir de esa manera. Las traducciones renuevan y al mismo tiempo consagran. Por ejemplo, a Borges le interesaba traducir y traer ciertas literaturas de ficción que le daban sustento y aval para la literatura que a él le interesaban hacer.
¿Qué limitaciones se presentan al traducir el Martín Fierro sobre todo teniendo en cuenta el lenguaje que utiliza?
En la época de Hernández no existía el concepto de dialecto o sociolecto, pero es justamente lo que él identifica: capta la forma de expresión de los gauchos para poder representarlos de la forma en que le interesa. La cuestión de los dialectos se piensa mucho dentro de la traducción literaria. Los diferentes traductores lo resolvieron de distintas maneras en el caso del Martín Fierro. Por ejemplo, Walter Owen, el primer traductor al inglés, elige utilizar expresiones coloquiales pero que no sean representativas de un lugar específico. En cambio, Meo Zilio que lo traduce al italiano a finales de los ´70 mezcla expresiones de distintos dialectos de Italia para que el lector de su país pueda tener una sensación de vernáculo. De alguna manera, busca producir el efecto que causa en el lector de la lengua de origen esa lectura, sin elegir un dialecto en particular.
¿Qué imagen de Martín Fierro reflejan las distintas traducciones que analizaste?
Para nosotros Martín Fierro es un ídolo y lo vemos como una víctima del sistema, pero no nos podemos olvidar que, por ejemplo, él mata gratuitamente. Cuando las otras culturas ven a Martín Fierro desde afuera hay características que les llaman profundamente la atención. Por ejemplo, en el caso de Brasil, el asesinato del Negro en el contexto de una fiesta donde Martín Fierro lo provoca verbalmente y luego se baten a duelo, lo hace un personaje controvertido. Ellos tienen una relación con la raza negra pensada desde la esclavitud, entonces cuando se encuentran con este gaucho que mata a otras personas que sufren la misma injusticia que él les produce un conflicto. Hay que tener en cuenta que Brasil en el estado de Rio Grande do Sul tiene toda una cultura gaucha y para ellos el gaucho es un personaje muy idealizado ya que su literatura lo representa de una forma mucho más romántica.
¿Cómo es en inglés?
Walter Owen, que hizo la primera traducción al inglés en 1935, tiene otra visión. En esa época, en Inglaterra, prácticamente no se conocía la existencia de los gauchos. La información que tenían sobre los gauchos provenía de algunos escritos en formato de crónica de viaje que resumían una mezcla muy amplia de información que iba desde la fauna del país hasta la economía. Eran relatos de ingleses que viajaban o habían inmigrado a Argentina y que tenían como principal público a interesados en hacer negocios en el país. Cuando Owen escribe su traducción ve la necesidad de explicar qué es un gaucho. Es muy interesante porque tiene notas muy exotizantes: lo compara con los asiáticos, con los árabes y toma también información de las crónicas de viaje de los ingleses. Owen trata de formular una imagen del gaucho con lo que ya había en la cultura de ellos y resulta una cosa bastante exótica. Él, inclusive, cuando prologa la edición para Estados Unidos que se publica un año después que la de Inglaterra, brevemente compara al gaucho con el cowboy.
¿Cómo es Martín Fierro para los traductores italianos?
Lo estoy trabajando todavía, una de mis hipótesis es que la imagen del bandido está funcionando como una especie de horizonte de lectura en este caso. El bandido es un personaje que aparece en la literatura mundial y es muy frecuente en Italia. De hecho, Hobsbawn que es el autor que descubre esta categoría encuentra mucha de la información que necesita para crear este concepto en Italia: son los banditti. Una hipótesis que estoy trabajando es que podría servir como una categoría universal de personaje para interpretar a Martín Fierro. Los cowboys serían también bandidos en Norte América. El problema es que el gaucho Martín Fierro es un bandido muy particular que no termina de encuadrar en esta categoría. En general, los bandidos son personas que están fuera de la ley y si pueden permanecer tanto tiempo así es por la ayuda de sus congéneres que no lo consideran una persona mala. Siempre viven en los bordes de los poblados y como tienen que sobrevivir de alguna manera atacan a otros que son pensados como enemigos, por ejemplo, los ricos o los aristócratas. El bandido guarda una expresión contradictoria porque dependiendo de quien lo juzgue va a ser considerado o no como un delincuente.
Por Vanesa Bomben
CONICET Rosario