Científicos del CONICET estudian la reutilización del orujo, principal desecho de la producción del vino, para extraer de él una enzima de alto valor agregado y además disminuir la cantidad de residuos que se liberan al ambiente.

Investigadores del Instituto de Procesos Biotecnológicos y Químicos (IPROBYQ, CONICET-UNR) trabajan en el perfeccionamiento de sistemas de detección de residuos tóxicos que pueden estar presentes en alimentos y elementos de puericultura.

De residuos no aprovechados, que contaminan el ambiente y suelen ser desechados, un grupo de investigación del IPROBYQ rescata moléculas que son aplicables en procesos biotecnológicos, cuya producción local podría sustituir importaciones.