Finales del siglo XX y principios del XXI vieron surgir distintos diagnósticos en relación a las consecuencias del avance de las tecnologías digitales y lo que suponía que empezaba a gestarse como la “decadencia de la cultura del libro”. En ese marco, desde el Instituto de Estudios Críticos en Humanidades (IECH, CONICET-UNR), Sandra Contreras, reflexiona acerca de la continuidad del libro como unidad de sentido.