El Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) lleva adelante iniciativas federales que tienen por objeto poner en valor el rol e impacto social que tiene el encuentro de la ciudadanía con investigadoras e investigadores, desarrollos y tecnologías para promover acciones de comunicación pública de la ciencia, desde una perspectiva situada y en clave de género. Así, junto al municipio de Cañada de Gómez en Santa Fe, el CCT- CONICET Rosario, el Área de Políticas de Género y Diversidades en conjunto con la Dirección de Relaciones Institucionales del CONICET, organizaron una feria de ciencias y una charla con investigadoras del Consejo, que permitió compartir los aportes al conocimiento científico desde cada una de las grandes disciplinas de la ciencia.
Siempre son preguntas las que resuenan y envuelven a quienes hacen de la ciencia un modo de vida, así la becaria del CONICET Eliana Maiolino compartió con la audiencia las preguntas que guían su estudio: ¿qué relaciones sexo afectivas se viven, piensan y construyen en la escuela?, ¿qué tensiones surgen en los sentidos y prácticas en torno a las relaciones sexo afectivas entre estudiantes de diferentes identidades sexo genéricas? “En mi proyecto individual de investigación estudio las experiencias afectivas de jóvenes que viven en contextos de pobreza urbana y transitan su escolarización en escuelas secundarias de turno nocturno en la ciudad de Rosario.
Analizo las relaciones socio afectivas pretendiendo dar cuenta de la complejidad de las mismas y de su inscripción histórica” sostiene Maiolino.
Por su parte, Victoria Alonso Investigadora del CONICET en el Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario estudia las enfermedades desatendidas, infecciosas y parasitarias que afectan principalmente a las poblaciones más pobres y vulnerables del mundo, como es el caso del Chagas, causada por el parásito Trypanosoma cruzi, la cual es endémica en nuestro país. “En las comunidades afectadas por la enfermedad de Chagas, las mujeres tienen una mayor exposición al insecto que transmite la enfermedad (vinchuca) debido a que son quienes llevan adelante las responsabilidades en el hogar, como la preparación de alimentos y la limpieza” afirma Alonso y, da cuenta de la importancia de reconocer y abordar la desigualdad de género en el acceso a la atención médica y al tratamiento de estas enfermedades para una respuesta más integral en salud comunitaria.
Para abordar el tiempo de trabajo de las mujeres rurales santafesinas, Laura Pasquali investigadora del ISHIR CONICET-UNR Rosario dio cuenta de la contribución significativa de las mujeres a la producción de alimentos y a la agricultura, en casi todos los países en desarrollo por ser una parte sustancial de la mano de obra agrícola, como pequeñas productoras por sí mismas o como jornaleras. “¿Cómo se significó ese proceso en las mujeres rurales productoras del sur de la provincia de Santa Fe y qué forma adoptó la división sexual del trabajo en las familias productoras? Sabemos que el campo no es solo un lugar de producción sino también un lugar de vida y como tal posee cierto significado para quien lo habita” sostiene Pasquali y afirma “se plantea generar conocimientos pertinentes a la agroecología y también conformar un Sistema Tecnológico Social, que habilite la construcción con perspectiva de género de una innovación para la determinación del precio reflejando las condiciones materiales de producción, es decir, los tiempos productivos y reproductivos involucrados. Investigar por la posición de las mujeres en la producción agropecuaria y de alimentos es preguntarnos por quién hace la comida y también por la balanza de pagos.”
Para finalizar la ronda de preguntas con las científicas CONICET, oriundas de Cañada de Gómez, Marina Perozzi -del Espacio de Atención de Violencia Laboral y de género (OVLG) del CCT CONICET Rosario-, compartió la política institucional del Consejo en relación a la imprescindible transversalización de la perspectiva de género en el organismo de ciencia y tecnología.