La conmemoración del 8M tiene que ver con todos los movimientos que se abren desde fines del siglo XIX y comienzo del siglo XX que, si bien tuvo hitos muy importantes, el episodio que marca un antes y un después es el de 1911. Allí, se produce un incendio premeditado por parte de los propietarios de una fábrica y mueren ciento veintitrés mujeres También cerca de treinta varones. Este hecho tuvo una repercusión internacional muy importante e impactó en la legislación norteamericana de ese momento. Por eso, el 8M no es sólo el Día de la Mujer, sino el Día de la Mujer Trabajadora. “Eso también hay que señalarlo, de alguna manera se ha generalizado pero hay que hacer esta salvedad”, destaca Fernández.
El 8 de marzo en realidad se impone como fecha en 1975. Es un día fijado por las Naciones Unidas. “Así que eso está en la agenda desde aquél momento y es oficial; es decir,
es una conmemoración internacional que se da dentro de este marco”, señala la investigadora. Y agrega: “Hay otro hito también que hace referencia a este día, que es de 1995. Es decir casi 30 años atrás, que tiene que ver con la declaración de Beijing”. Allí, ciento ochenta y nueve gobiernos firman una hoja de ruta en relación a los derechos de la mujer. La historiadora continúa el racconto de esta esta fecha y señala que de ahí en más, desde 2011 -oportunidad donde se cumplían los 100 años de la conmemoración internacional- en Naciones Unidas aparece específicamente una nueva organización que es la de igualdad de género y empoderamiento de la mujer.
“Hay que señalar que el 8M hace también a la historia contemporánea no exclusivamente en términos locales o nacionales, sino que tiene que ver con disposiciones y asunciones gubernamentales y firmas de convenios internacionales de los países miembro de Naciones Unidas”, enfatiza Fernández y continúa: “Digo, para no quitarle la entidad que tiene el día. Es decir, no es cualquier día, tiene una referencia internacional muy fuerte”.
Por último, resaltó la importancia de lo que significa lograr la igualdad entre los géneros. Igualdad no solamente laboral, de derechos, de participación política; tiene que ver con lo que se fijó en la agenda de Naciones Unidas del 2015 acerca del empoderamiento de las mujeres y las niñas. Significa justamente ir en pos de nuevos derechos y consolidar los conseguidos. Esto no es menor, porque hay que pensar que esta agenda de derechos que lleva tantos años no puede sufrir deterioro, impugnaciones o agresiones, destacó la titular del organismo. Y finalizó: “Justamente, la agenda de derechos ligados a la mujer tiene que ver con cuestiones que deben ser defendidas, que tenemos que mantenerlas en nuestra agenda y que, decididamente, necesitan de nuestro compromiso para continuar trabajando en pos de la equidad, en pos de la igualdad y en pos de ampliar nuestros derechos”.