La Inmunología hace su aparición dentro de la Medicina hacia finales del siglo pasado como una disciplina científica encaminada a entender las interacciones entre el huésped y los agentes infecciosos. Se fue construyendo de ese modo un cúmulo de conocimientos que giraban fundamentalmente en torno de la obtención de vacunas y sueros capaces de proteger al hombre de microorganismos para los cuales aún no existían los antibióticos. Arribamos así a los años 50 donde a partir de los experimentos en transplante se produce un redescubrimiento de la Inmunología que devendría en un crecimiento explosivo del saber inmunológico, a punto tal que en nuestros días debemos hablar de especializaciones dentro de ella. Cualquier catálogo de publicaciones periódicas pone en evidencia la cantidad de revistas dedicadas a estos tópicos, la multiplicidad de congresos y simposios sobre los temas más candentes, y la generación de nuevas facetas de la inmunología aplicada. Todo ello nos lleva a afirmar que difícilmente exista una rama de la medicina que pueda ignorar a la Inmunología. Más aún existen algunas especialidades donde el conocimiento inmunológico constituye la misma base de la práctica diaria, tales como las enfermedades infecciosas, autoinmunes, oncológicas, alergias e inmunodeficiencias. Ello abarca toda la medicina interna, la pediatría e incluso al médico generalista.
Difícilmente exista una rama de la medicina que pueda ignorar a la Inmunología
La profundización en el conocimiento de los mecanismos inmunopatológicos y el advenimiento de nuevos procedimientos de laboratorio han posibilitado asimismo el desarrollo de la inmunología aplicada, la cual se centra en dos aspectos fundamentales, el diagnóstico y la terapéutica. En efecto, hoy contamos con un arsenal de técnicas para la detección de anticuerpos, antígenos, células y mediadores solubles que nos permiten una identificación mucho más precisa del tipo y características de la enfermedad en cuestión. Sumado a ello y gracias a la disponibilidad de la tecnología recombinante se halla a nuestro alcance un gran número de moléculas a las que se ha dado en llamar citoquinas. En su mayoría se trata de proteínas secretadas por las células inmunológicas capaces de modificar respuestas biológicas y por ende susceptibles de ser utilizadas como nuevas alternativas de tratamiento. Muchas de ellas ya están en el mercado y otras se encuentran en investigación clínica fases II y III.
Por Oscar Bottasso - Director del IDICER (CONICET-UNR)
Para saber más sobre este tema consultá la página de la Sociedad Argentina de Inmunología: http://inmunologia.org.ar/