“Es un extenso y pormenorizado registro de espionaje político e ideológico sobre hombres y mujeres a lo largo de medio siglo”, indicó Patricia Flier, con respecto al Archivo de la DIPBA, que fue creado en 1956 y continuó en actividad hasta 1998, cuando en el marco de una reforma policial, se disolvió la Dirección y se cerró el archivo. A propósito de esto, Patricia Flier señaló “Ya en tiempos de democracia, desde el año 1983 al 1998, los servicios de inteligencia seguían funcionando exactamente igual”. Finalmente, en el año 2000 el Archivo de la DIPBA fue entregado en custodia a la Comisión Provincial por la Memoria.

“¿Cuál es la encrucijada, la cual nos enfrentamos los historiadores para analizar los archivos de la represión?” se preguntó la doctora Flier y reflexionó “Hubo un reforzamiento de marcos teóricos y metodológicos, y desde este lugar, una forma nueva de acercamiento a fuentes, y en particular a un reservorio significativo, estimulante y provocador como es el archivo de la Dirección de inteligencia de la Policía de la provincia de Buenos aires (DIPBA), uno de los acervos documentales producidos por una de las instituciones represivas del estado”.

Acá está el archivo

“Quienes tuvimos la responsabilidad de proceder a la conservación, preservación y gestión de este fondo de documental, pasamos por distintos dilemas su puesta en valor, porque las posibilidades que se nos presentaban eran muchísimas. La primera de ellas era que se podía demostrar la existencia de este tipo de archivo frente a políticas negacionistas y los intentos en forma sistemática de destrucción y borramiento, era poder decir: acá está el archivo” explicó Patricia Flier.

En segundo lugar, la historiadora continuó, “Se constituyó en un acceso a pruebas que permitían establecer justicia en cuanto a los perpetradores de las persecuciones y violaciones de los derechos humanos y promover la memoria acerca de las aberraciones cometidas contra la sociedad civil durante los regímenes dictatoriales”. También, el hallazgo de documentos permitió respaldar las denuncias de las personas víctimas del terrorismo de estado, que declararon y testimoniaron acerca de las torturas a las que fueron sometidos en penales y centros clandestinos de detención. “En este sentido, la posibilidad que brindó el documento estatal fue la de reforzar el grado de veracidad y legitimidad de la denuncia testimonial” señaló Flier.

La organización del archivo está realizada en distintas “mesas”. Un ejemplo de lo que se puede encontrar, en la “Mesa DE”, que incluye los “Delincuentes subversivos”, es información de madres de Plaza de Mayo. “Las fotografías las tomaban ellos, pero además robaban pertenencias de las personas perseguidas y las depositan en el archivo” manifestó Flier y añadió que el archivo contiene información de toda la República Argentina, no solamente de la provincia de Buenos Aires, incluso exceden el marco cronológico, ya que hay documentos de 1930.

Qué representa

A lo largo de estos últimos años se fueron desarrollando un conjunto de tareas, desde la digitalización, la preservación, el ordenamiento y la elaboración de instrumentos de descripción archivística, que garantizan el acceso público, avanzando en la democratización del archivo. En este sentido, Patricia Flier indicó “Los historiadores hemos dado un nuevo paso y estamos muy contentos porque hemos logrado que a partir de un convenio de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata con la Comisión Provincial por la Memoria, los investigadores podemos acceder a los documentos en formato digital en la sede del archivo sin la intermediación de referencistas, pero siempre manteniendo y firmando un compromiso de confidencialidad”.

Con respecto a lo que representa contar con el archivo de la DIPBA, la historiadora señaló “Este archivo ha sido un aporte inconmensurable a los procesos de justicia, a la construcción de la memoria individual y colectiva, a la investigación histórica, esto lo ha transformado en un archivo modelo. Hay una mirada especial a este archivo porque es una prueba fehaciente de que determinados documentos existían en el país, a pesar de ser negados”.

“El archivo de la DIPBA nos permite reforzar el largo camino del acceso a la verdad, a la justicia, a la memoria y a la reparación y aún más, es para nosotros los historiadores, un archivo que nos interpela para la construcción de la historia. La invitación está hecha, sin pasar por el archivo no se puede andar por el mundo, hay un antes y un después sobre las visitas a ese lugar” aseguró la investigadora.

Por Ana Paradiso
CONICET Rosario